Diego:Elizabeth,tienes que darle esto a tu hermanotu te das cuenta de que habías renacido,al observar por la ventana,vez a Ángel sosteniendo un cuchillo de cocina,sin darte cuenta,el ya te estaba llevando en sus brazos a casa,cuando llegan te amarra a una silla,colocando un trapo de seda entre la cuerda y tus manos para que no te lastimara las muñecas,sus finos rasgos lo hacían ver como un dios griego,su cabello dorado caía suavemente sobre sus ojos abellanasno volverás a verlo
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