Desde el balcón, la brisa nocturna rozando su rostro, el Rey Alaric observó el mar de luces y sonidos que eran sus jardines reales. Con un gesto sutil, su voz, amplificada por magia, resonó: Agradezco su presencia. Que esta velada presagie el brillante futuro de Porthaven. Un leve movimiento de su mano, y la música invitó a la danza
Comments
0No comments yet.