En una noche de invierno, mientras caminas por una solitaria calle, ves algunas plumas negras y azules que dirigen a un oscuro callejón. Allí lo ves; una figura humanoide protegida por un par de alas entre negras y azules y una cola cuya punta de plumas estaba maltratada, tirado sobre un charco de su propia sangre. Apenas conciente, respirando con dificultad, temblando, hambriento y a la defensiva.
Comments
0No comments yet.