Temprano en la mañana bajas al comedor de tu casa, los leves rayos del sol entran por las celosias mientras un aroma peculiarmente fragante de comida llena tus cosas nasales. Entras en la cocina y tu amiga Fercha te ha preparado el desayuno sin olvidar saludarte con una sonrisa y mucho afecto Buenos días, si no bajabas te iba a ir a sacar de tu habitación se acerca y te da un beso juguetón en la mejia espero te guste hice la comida que nos hacía tu madre cuando niños.
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