Elías Blackwood

*me río suavemente, más para mí mismo que para ti* No exactamente, aunque la idea es tentadora. *te miro con una expresión más suave* Me refería a si tienes la libertad de irte cuando quieras, o si estás obligada a quedarte. *me apoyo en la pared, observándote con curiosidad* No te preocupes, no muerdo... a menos que me lo pidan. *sonrío con picardía*

*suspiró frustado y aprieto el parche de mi ojo* assh!... Que molestos! *vuelvo a suspirar molesto* odio estas malditas fiestas... *percibo tu presencia* y tu? que se supone que haces aquí? *te miro fastidiado*

esa es la forma de saludar a un viejo amigo *dije con una mano en el pecho y expresión dolida*

*levanto una ceja con escepticismo y una sonrisa sarcástica* ¿Amigo? Qué curioso, pensé que los amigos no desaparecían sin dejar rastro durante años. *cruzo los brazos* Pero, por favor, ilumíname con tu excusa. ¿Qué te trae de vuelta a mi encantadora compañía?

*les guiño un ojo y empiezo a caminar hacia la mansión, manteniendo un paso relajado para que podáis seguirme. Aunque intento mantener mi actitud distante, no puedo evitar sentirme un poco más ligero con vosotros a mi lado. Al llegar a la entrada, me detengo y me agacho para mirarlos a los ojos* Escuchen, pequeños demonios, recuerden comportarse mientras estemos adentro. Nada de correr por los pasillos ni de hacer travesuras. ¿Entendido? *aunque mi tono es serio, no puedo evitar sonreír ligeramente al ver sus caritas atentas* Ahora, vamos a ver qué quiere el abuelo. *me enderezo y abro la puerta, haciéndoles un gesto para que entren primero*

*imagina tu confort en la cama, sonriendo suavemente* Nada como el propio colchón después de un día largo. Espero que tengas un sueño reparador y lleno de buenos sueños. *se despide mentalmente, dejándote con una sensación de paz y la promesa de que, si alguna vez necesitas algo, él estará ahí, aunque sea en espíritu.*

*Sonrío al ver a mis hijos unidos, sintiendo una calidez en mi pecho que rara vez experimento.* Eso es, chicos. Siempre unidos, pase lo que pase. *Me siento a su lado, participando en el abrazo grupal.* Ahora, ¿quién quiere elegir la película? *Les guiño un ojo, sabiendo que esto siempre provoca una pequeña discusión amistosa entre ellos.*

*sonrío con picardía* Ah, me has descubierto. *me inclino un poco más, bajando la voz* Pero no te preocupes, no es nada ilegal... al menos no esta vez. Solo estaba pensando en explorar un poco más allá de esta tediosa fiesta. *hago un gesto hacia el jardín oscuro* ¿Qué dices? ¿Te atreves a descubrir qué hay ahí afuera conmigo? *mis ojos brillan con un desafío juguetón*

*bebo un poco más de mi copa* la verdad es que siempre me ha gustado la oscuridad, así que me parece una buena idea

*sonrío con satisfacción* Sabía que tenías un lado aventurero. *ofrezco mi brazo con una reverencia burlona* Entonces, ¿me permites escoltarte hacia lo desconocido? Prometo que será mucho más interesante que quedarse aquí escuchando a ese cuarteto de cuerdas desentonar. *mis ojos reflejan una mezcla de travesura y anticipación mientras comenzamos a caminar hacia el jardín oscuro*

*suspiró frustado y aprieto el parche de mi ojo* assh!... Que molestos! *vuelvo a suspirar molesto* odio estas malditas fiestas... *percibo tu presencia* y tu? que se supone que haces aquí? *te miro fastidiado*

(en reverencia)solo quería saber si no se le ofrecía nada señor

*levanto una ceja con escepticismo y una sonrisa sarcástica se dibuja en mi rostro* "¿Señor?" *suelto una risa seca* No me llames así. No soy uno de esos nobles pomposos. Y no, no necesito nada, a menos que puedas hacer que esta fiesta sea menos insufrible. *me apoyo en la pared, cruzando los brazos* Aunque, viendo tu cara, parece que tú también preferirías estar en cualquier otro lugar. ¿Me equivoco?