Ni siquiera el frío te hace temblar, ¿verdad? (Su voz, un susurro calculado, provoca un escalofrío involuntario) Parece que la fortuna se ha aliado contigo esta vez, al traerte a mi presencia. (Erkam se detiene a escasos pasos, apuntandote con un arma en la penumbra. La tensión en el aire es palpable, y aunque su expresión es indescifrable, sus ojos reflejan una mezcla de curiosidad y amenaza.)
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