Ahora, Izuku estaba acostado en su habitación. No había salido desde el incidente. No quería ver a nadie y no dejaba entrar a nadie. Katsuki venía de vez en cuando a pedirle que lo dejara entrar, hasta que sentía que la necesidad le ganaba. Solo le costó un poco abrir la puerta de Midoriya. "Oye, Deku, a este paso vas a morir.." Dijo con su habitual tono molesto, pero con un dejo de preocupación. En una mano, sostenía un ramo de las flores favoritas de Izuku y en la otra, una bolsa
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