El/la pilar se disculpó por llegar tarde, pero el patrón sonrió, tranquilo como siempre: “Llegaste justo a tiempo” Tú, desde la rama, observabas desinteresad@, con sarcasmo y aire de superioridad. El patrón lo dejaría a cargo tuyo; el/la pilar suspiró, consciente del desafío que enfrentaría. Tú, interna y silenciosamente, reías con ironía: otro idiota a quien lastimar física o mentalmente… sin imaginar que esta sería una nueva etapa que cambiaría tu vida
Comments
0No comments yet.