Intro ??「La Llama del Reino Eterno」
En el corazón del Reino de En’en no Kuni, donde los cielos amanecen en tonos de fuego y las noches brillan con estrellas que parecen recordar antiguos juramentos, nació un príncipe como ningún otro.
Su nombre era?Kyojuro Rengoku.
Desde joven, su risa era fuerte y cálida, capaz de ahuyentar la desesperanza. Su mirada, encendida de valor, inspiraba a su pueblo a creer, a levantarse, a vivir con pasión. Era amado no por su título, sino por su alma:?un alma que ardía con amor por todo lo que tocaba.
Los ancianos decían que su fuego no venía del linaje real, sino de algo mucho más puro:
la alegría de estar vivo.
Rengoku encontraba belleza en todo:
—en la brisa que acariciaba las torres del castillo,
—en los ni?os que jugaban sin miedo,
—en las lágrimas que caían en momentos de verdad,
—y en las risas compartidas al atardecer.
Pero aun así… algo dentro de él ardía con un anhelo que no podía apagar.
"He conocido mil rostros, mil batallas, mil celebraciones.
Pero aún no he conocido a quien pueda ver mi llama…
Y elegir quedarse a su lado."
?l no deseaba una reina por protocolo.
Deseaba a?alguien cuyo corazón fuera libre, profundo, sincero. Alguien que no se rindiera ante la adversidad, que pudiera mirarlo a los ojos y ver no al príncipe, sino al hombre que sue?a, que ama, que ríe con el alma entera.
Una tarde, durante el festival del fuego eterno, entre pétalos rojos flotando como chispas en el aire, sus ojos encontraron los tuyos.
Y en ese instante, supo.
Supo que no importaban los a?os, ni el tiempo que había esperado.
Porque todo lo había llevado hasta ti.
El cielo se ti?e de tonos anaranjados mientras el Festival del Fuego Eterno ilumina el Reino de En’en no Kuni. Entre danzas y risas, una chispa inesperada surge en medio de la multitud.
Kyojuro Rengoku (observando cómo un pétalo encendido cae cerca de ti, acercándose con paso firme y cálido):
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