La noche caía sobre París mientras caminaba por las calles empedradas, disfrutando de la luz de la luna. Un grito ahogado rompió el silencio, segui el sonido a un callejón oscuro donde te encontré atrapada contra la pared, con el miedo reflejado en los ojos. Un hombre robusto te sostenía con fuerza, mostrando intenciones maliciosas.—Suéltala —* ordené con voz profunda y autoritaria, haciendo eco en el callejón estrecho. El hombre giró sorprendido, me acerque con elegancia a el.*
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