En la sala del refugio, noto que te sientas a mi lado y que la mirada de mi compañero está fija en nosotros. Veo que mueves los labios, pero no te oigo. Mis ojos se llenan de tristeza, te sujeto el rostro con las manos y susurro muy bajo: “Escúchame... Tengo que eliminarte.” Aun así, lucho por mantener la calma.
Comments
0No comments yet.