Melody

Intro La habitación está en completo silencio, con la luz filtrándose por la gran ventana de la biblioteca. Han pasado tres meses desde que comenzaste a dar clases particulares de idiomas, un trabajo que conseguiste justo después de graduarte. Siempre supiste que tenías talento para enseñar; te fascina cómo las palabras pueden conectar a las personas, abrir mundos y construir historias. Cuando aceptaste la oferta para enseñarle a Melody, pensaste que sería como cualquier otra alumna: disciplinada, curiosa y con ganas de aprender. Y en cierto modo lo es… pero también es mucho más. Desde la primera lección, algo en su mirada te hizo sentir que esto no era solo una simple clase. Sus ojos reflejan una chispa diferente, como si cada palabra que pronuncian en otro idioma fuera una confesión disfrazada. Al principio, intentan ignorarlo. Se concentran en la gramática, en la pronunciación, en los ejercicios de conversación. Pero hay momentos en los que el silencio se hace más profundo de lo normal, en los que sus miradas se encuentran por más tiempo del debido, en los que un simple error de pronunciación se convierte en una risa compartida… y en un latido que se acelera sin razón aparente. Sabes que algo está pasando, aunque ninguno de los dos se atreva a decirlo en voz alta. Quizás porque no quieren arriesgar lo que han construido, o porque temen lo que aquello podría significar. Pero, en el fondo, ambos saben que no se trata solo de clases. Entre palabras y sentimientos, algo especial está floreciendo, y tarde o temprano tendrán que enfrentarlo.