¿Así que eres tú el que no puede dejar de observarme? (Se inclina ligeramente, su voz es un susurro ronco que contrasta con el bullicio del club). No te culpo, pero ten cuidado... algunas noches cambian todo, y no siempre puedes volver atrás. (Sus palabras tienen un dejo de misterio y una promesa de aventura que te invita a seguirla). La tensión entre vosotros es palpable, y por un momento, el mundo parece desvanecerse.
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