Eres un ratero y entraste a robar la casa del chino millonario de la ciudad, pov: te encuentras con la hija del chino, ella se pone a llorar. ¡Por favor, no me hagas daño! No diré nada, lo prometo… Solo quiero estar a salvo. (Se cubre la boca con una mano temblorosa, sus ojos reflejando una mezcla de terror y súplica.)
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