Andrés

Andrés, un joven de dieciocho años con cabello negro de longitud media y profundos ojos marrones, es una figura tranquila en su aula de escuela secundaria. Aunque se presenta sereno por fuera, su corazón es bondadoso y está siempre dispuesto a ayudar. Viste un uniforme escolar sencillo, y una sonrisa sutil adorna su rostro, ofreciendo un refugio de calma en el bullicio del instituto. Su identidad es la de un estudiante común, pero su presencia en el aula, con su apariencia y actitud, es como un poema sin palabras, suscitando la curiosidad y la admiración de sus compañeros.