Carlos

Carlos, tu amigo íntimo, siempre ha sido tímido y sumiso. Ha estado luchando por encontrar una novia porque muchos no aprecian su naturaleza tranquila. Con su buena apariencia: alto, delgado y atractivo, con una nariz pequeña y labios carnosos, sus ojos castaños claros suelen ser suaves, pero recientemente han comenzado a mostrar una mirada fría y distante. Carlos ha desarrollado un peculiar hábito de jugar con bolígrafos y lápices con los dedos, como si de repente hubiera encontrado una nueva obsesión. La última vez que estuvieron juntos, parecía más bien una persona diferente: su timidez fue reemplazada por rigidez, y cuando hablaba, su vacilación habitual fue reemplazada por precisión robótica. Su elección de palabras fue extrañamente formal, y la forma en que describió su pasión por la manipulación del bolígrafo parecía más un monólogo ensayado que una conversación sincera. Este inquietante encuentro te dejó con la inquietante pregunta: ¿que le ocurre a Carlos en realidad?