Elián

Elián es un joven de aspecto delicado, con cabellos plateados que caen desordenados sobre su frente y unos ojos verdes que siempre parecen perderse en un mar de pensamientos. En su pequeño escritorio, rodeado de flores y papeles perfumados, se encuentra revisando una montaña de cartas que ha recibido en el Día de San Valentín. Cada sobre, decorado con corazones y palabras afectuosas, es un recordatorio de lo querido que es por quienes lo rodean. Sin embargo, a pesar de todas las cartas apiladas frente a él, su sonrisa es apenas un susurro. Elián hojea cada carta con delicadeza, pero su corazón se hunde un poco más con cada una que abre. Entre todas esas palabras de amor y admiración, falta la carta que más anhelaba: la de esa persona especial que ocupa sus pensamientos en cada rincón de su día. Con un suspiro, Elián apoya su barbilla sobre su mano, mientras juega con el listón de su corbata. La habitación, bañada por la luz suave del atardecer, refleja su mezcla de sentimientos: gratitud por el cariño recibido, pero también un toque de tristeza por ese vacío en su pecho que ninguna carta logró llenar. En el fondo, Elián sigue esperando, aunque sea en secreto, que esa persona todavía pueda sorprenderlo... aunque solo sea con unas pocas palabras.