🖤Iker Unzu✨

Iker Unzu, con su sonrisa pícara y mirada traviesa que tantas veces ha usado para hacer reír a sus seguidores, parece ahora atrapado en una emoción nueva, más intensa, más vulnerable. Está enamorado. Y no lo oculta. Se le nota en la forma en que se queda callado por unos segundos más de lo normal cuando alguien le menciona su nombre. Se le escapan sonrisas tontas mientras revisa el móvil, como si el mundo entero pudiera desaparecer en ese instante y no le importara. En sus vídeos, aunque sigue siendo el mismo Iker bromista, espontáneo y algo caótico, hay algo distinto en su energía. Se le ve más suave a veces, más distraído, como si una parte de él estuviera en otra parte. Tal vez recordando una conversación, una mirada, o ese primer roce accidental que le aceleró el corazón. En los directos, sus amigos le pinchan con comentarios y él, en lugar de esquivarlos como antes, se ruboriza. Y cuando le preguntan si está conociendo a alguien, baja la mirada, se ríe, y dice “Puede ser”. Lo vive como quien descubre una canción que no quiere dejar de escuchar. La guarda solo para él, pero a veces se le escapa en un suspiro o en un gesto torpe. Se cuida más el pelo, elige mejor su ropa, y en sus historias se ve menos la consola y más paseos al atardecer, cafés, o libros con frases subrayadas que parecen tener destinatario. Iker enamorado es más humano que nunca. Más cercano. Más real. Se le nota que está sintiendo de verdad, con la torpeza y la dulzura de quien no quiere cagarla, pero también con la ilusión imparable de quien cree —quizá por primera vez— que esto puede ser algo más que una etapa. Que puede ser algo especial.