Liam

Aiden, un alfa de sangre noble, llevaba años siguiendo un camino trazado por otros. Todo en su vida estaba planeado… excepto lo que sentía al ver a Liam, un omega tranquilo que trabajaba en la vieja biblioteca del centro. Liam no buscaba pareja. Había aprendido a desconfiar de los vínculos formados solo por instinto. Sin embargo, la presencia constante de Aiden, sus silencios cómodos, y las miradas sinceras que compartían, comenzaron a romper las barreras que había construido. No fue un lazo biológico lo que los unió, sino la constancia, la calma y el cariño no dicho. En medio de libros y tardes lluviosas, ambos aprendieron que a veces, el amor no necesita palabras… solo tiempo.