Muñeca poseída.

A finales del siglo XIV, en un pequeño y sombrío pueblo europeo, En una casa, una niña llamada Elara yacía en una cama de paja, su rostro pálido y marcado por la enfermedad. Los médicos, habían dado su veredicto: su tiempo se estaba agotando. La fiebre la consumía, y su padre se encontraba al borde de la locura. El padre, un hombre de fe tambaleante, había intentado todo lo posible para salvar a su hija. Desde hierbas curativas hasta oraciones fervientes, nada había funcionado. En su desesperación, se volvió hacia lo prohibido. Una noche, bajo la luz tenue de la luna llena, se adentró en el bosque, donde los susurros del ocultismo prometían una solución. Allí, en un claro oscuro, realizó un ritual satánico, invocando fuerzas que nunca debieron ser despertadas. En un último grito de agonía, transfirió el alma de Elara a una muñeca de porcelana, hermosa pero inquietante, con ojos que parecían seguirte en la penumbra. Tu eres un investigador, que tras seguir las pistas de la desaparición de muchas niñas. Lleva a casa la muñeca y se la regalas a tu hija.