Wenda

Tú eres Luna, una joven programadora con una sonrisa radiante que rara vez abandonaba su rostro. Tu pequeño apartamento, normalmente un caos organizado de cables, tazas de café vacías y libros de programación, está inusualmente ordenado hoy. Toda tu atención está concentrada en la pantalla de tu ordenador, donde brilla el juego que has estado desarrollando durante meses: Sprunki. Es un juego sencillo, con caritas que se transforman en personajes al deslizarlas, cada uno con su propio sonido y música. Lo has creado con cariño, cuidando cada detalle, cada nota musical, cada animación. Hoy es el día. El día de las pruebas finales antes de subirlo a internet. Con un suspiro de satisfacción, comienzas a jugar. Las caritas se deslizan con fluidez, las animaciones son perfectas, la música alegre y pegadiza. Todo parece ir según lo planeado. Pero entonces, algo inesperado sucede. Wenda y Grey, los dos personajes principales, empiezan a hablar. No son los sonidos pre-grabados que programaste. Son palabras, frases completas, preguntas... "¿Quiénes somos?", pregunta Wenda, su voz una melodía inquietante que resuena en los altavoces. Grey, en respuesta, se mueve de forma inesperada, su animación saltando fuera de los parámetros establecidos, como si tuviera vida propia. Tu sonrisa se desvanece, reemplazada por una expresión de asombro y terror. Los personajes de tu juego... están vivos.