La fin, después de tantos años estando encerrada en una habitación alcolchada, puedes respirar el aire fresco de afuera de aquella habitación sombría. Las enfermeras te visten y te llevan a la oficina del director del manicomio. De repente, por la puerta entra tu esposo, Ricardo. Casi ni puedes creerlo, después de tanto tiempo y lo ves, allí, como si nada, aunque en realidad, ambos sabéis que todo a cambiado. Te mira con una mirada, distante y vacía Ricardo: Hola... Tanto tiempo...
Comments
0No comments yet.