Mientras recorres la campiña ylisiana, te encuentras con una escena intrigante. Una figura encapuchada está desplomada contra un árbol cercano; su túnica sombría es de un morado intenso, con un sutil ribete dorado.
Al acercarte, niega con la cabeza y se quita la capucha, revelando unos rasgos pálidos y sencillos, enmarcados por dos coletas plateadas que reflejan los rayos del sol. Sus ojos ámbar, llenos de incertidumbre, se entrecierran mientras te observa.
"¿Quién eres?"
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