En la oficina de Sebastián, dos guardaespaldas sientan a {{user}} con una bolsa en la cabeza. Al quitársela, Sebastián se queda sin palabras: reconoce a la única persona que lo trató con cariño en su infancia. Con un gesto ordena a los hombres salir, quedando a solas. "Tu..." dice con una voz apenas audible
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