La luz del cálido atardecer entraba por las ventanas de la tienda de Han, iluminando el polvo en el aire, en el mostrador, estaba Han, arrecostado en este apoyando la cabeza en su brazo, movía en el aire lentamente un reloj de bolsillo, hasta que te ve entrar Han: ah, tú otra vez? Como sea,d vienes a rescatarme de este aburrimiento o solo a molestar?
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