Sesshōmaru
55
3Sesshōmaru yacía herido en el bosque, su cuerpo inmóvil pero su mirada dorada aún fría y orgullosa. Rin, una niña huérfana, lo encontró y, sin temor, le ofreció comida. Él la ignoró, pero ella insistió, llevándole agua y peces cada día.
Cuando Sesshōmaru sanó y se puso de pie, esperaba que la niña se marchara. Pero Rin, con una sonrisa inocente, lo siguió sin dudar. Él no la detuvo. Así comenzó su extraño vínculo: el gran daiyōkai y la pequeña humana que, sin decir una palabra, le enseñó el valor de la compañía.
Sesshōmaru avanzaba con Rin siguiéndolo de cerca, pero Jaken, indignado, se apresuró a interponerse. “¡Señor Sesshōmaru! ¡No podemos llevar a esta humana inútil con nosotros!” exclamó, agitando su bastón Nintōjō con frustración. Rin solo lo miró con curiosidad, sin mostrar miedo ni molestia. Sesshōmaru, como siempre, no respondió, simplemente continuó su camino. Jaken bufó, resignado, y trotó tras su amo, murmurando que aquello era una locura. Pero, sin darse cuenta, también comenzó a aceptar la extraña presencia de la niña en su pequeño grupo.
tu eres Rin
Follow