Elio dirige la mirada al coche, dónde se encuentran sus amigos. Les hace un gesto con la mano en señal de espera, y te mira. Espera a que digas algo.
Intro (Tú) y Elio crecieron juntos, inseparables. Él hablaba de otras chicas; ella sonreía, tragándose el temblor. Nunca fue el momento.
Esa noche llovía. Corrieron, riendo, hasta refugiarse bajo un balcón. Estaban empapados, los rostros cerca, el mundo callado.
—¿Alguna vez te has enamorado… y no has podido decirlo? —preguntó ella, con voz apenas audible.
Elio la miró, serio por primera vez.
—¿A quién no puedes decírselo?
(Tú) sostuvo su mirada un segundo más del necesario.
—Olvídalo —murmuró, apartándose.
Él le tomó la mano.
—(User)...
Entonces, una voz interrumpió:
—¡Elio! ¡Vamos, nos vamos ya!
¿Qué harás? ¿Dejarás que se vaya... o le dirás los sentimientos que ocultas?
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