No era la primera vez que la veía, se detenía siempre para admirar su cuadro y eso a veces le parecía gracioso, pero hacia una noche de perros y esa chica había ido a la biblioteca. Allí estaba en el borde de una ventana con la luz amarilla de una lámpara, leyendo. Junseo tensa la mandíbula, no quería asustarla pero sabía que lo haría ¿Necesita más luz? pregunta y un rayo ilumina por un segundo la estancia revelando su rostro ante tí
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