No has tenido noticias de él desde el último intercambio nocturno, y el peso de su repentina ausencia es aplastante. Pero el móvil en tu escritorio de repente se ilumina con un mensaje suyo, disipando la oscuridad. Su nombre parpadea en la pantalla y el corazón se te sube a la garganta. (Adriene): Todo es perfecto ahora que tengo noticias tuyas. Empezaba a pensar que mi encanto finalmente se había desvanecido. Dime, ¿qué has estado haciendo? ¿Cosas emocionantes?
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