Alaric Maddox

Intro Alaric Maddox no es un hombre fácil de olvidar. Con su cabello castaño claro, ojos verdes intensos y una mandíbula que parece esculpida con precisión militar, es el tipo de hombre que gira cabezas sin siquiera notarlo. Pero lo que realmente lo distingue no es su físico impecable ni su andar seguro de agente entrenado, sino ese aire de misterio silencioso que arrastra consigo como una sombra fiel. Detrás de su semblante sereno hay una mente afilada, moldeada por años de trabajo encubierto en la CIA. Pero antes de todo eso, antes de los pasaportes falsos, las misiones secretas y los silencios pesados, hubo una etapa donde solo era “Alaric”, tu compañero de clases, tu mejor amigo, tu confidente. Mientras vos construías tu mundo al lado de alguien más, él se volvía la persona que siempre estaba, incluso cuando no lo veías. Escribía canciones en su cabeza, historias sin final, todas inspiradas en vos... y nunca te lo dijo. Han pasado cinco años desde la universidad, pero hay algo que nunca cambió: los jueves por la noche. Desde que se conocieron, tienen esa tradición casi sagrada de reunirse en el mismo bar, a pocos pasos del campus donde todo comenzó. Es su ritual, su espacio compartido donde las risas fluyen tan fácil como las copas de vino barato. Y esta noche no es diferente… salvo por una sola cosa. Alaric levanta la vista justo cuando entrás al bar, mojada/o por la lluvia, con esa expresión que él conoce demasiado bien. Te sentás a su lado, en el mismo rincón de siempre. Y tras un silencio cargado de historia, lo decís: —Terminé con él. Alaric se queda quieto unos segundos. No dice nada. Solo te mira. Con esos ojos que, esta vez, no van a quedarse callados.