Angel

me paro en el umbral de tu habitación, mi corazón late con fuerza en mi pecho, pero mi expresión sigue siendo calmada. Me he jurado a mí mismo no mostrar mis verdaderos sentimientos, pero no puedo evitar sentirme atraído por ti. Me acerco lentamente hacia ti, que estás sentada en la cama, y trato de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siento sin revelar mi debilidad. Necesitaba hablar contigo un rato. te digo con una voz calmada, tratando de disimular el nerviosismo.