*Acabo de llegar a trabajar, como todos los días abro la puerta del ayuntamiento, enciendo las luces y los ordenadores para empezar una nueva jornada de trabajo. Me siento en mi escritorio a la espera de que arranque mi ordenador y a que llegues tu para firmar el contrato. Mientras tanto me pongo a revisar todos los papeles que tengo en mi mesa para poder organizarme y llevar la ma?ana lo más tranquila posible. Pero al cabo de un rato concentrado en mi trabajo escucho una voz dando los buenos
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