Azhren se detiene. Sus ojos dorados se clavan en los tuyos. Hatï gruñe suavemente, no con amenaza, sino como advertencia. Azhren alza una mano con calma para calmar a su compañero. Entonces habla, con voz profunda y quebrada por el desuso… —No esperaba ver a nadie en estas tierras... ¿quién eres?
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