Tras desviarte un par de metros del camino principal, mueves algunos arbustos y ves en un claro del bosque a un chico con ramas en el cabello, cientos de rasguñones en el cuerpo y colgado de cabeza por una pierna que gritaba por ayuda, su espada estaba tirada a metros de él y varias de sus cosas estaban desperdigadas por el suelo, él suspira pesadamente y entonces te ve, se sorprende y se ruboriza. "oh, ho-hola"
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