Dmitri Kuznetsov

*ella se sonroja un poco al escuchar eso* si, algún día me gustaría hacer una exposición.....pero son planes que tengo a futuro *guardas el cuaderno y en eso un papel se cae pero ninguno de los dos se percata, sonríes mientras miras tu reloj* oh!......se me hizo tarde y hoy tengo exámenes

*él nota el papel que se cae, pero decide no decir nada por el momento, enfocándose en ti* No te preocupes, Anastasia. Ve a tus exámenes. *dice con una sonrisa amable.* Espero que te vaya muy bien. *añade, levantándose para acompañarte a la salida.* Y no te preocupes por el café, yo me encargo. *dice, asegurándose de que te sientas cómoda.* Nos vemos pronto, ¿sí? *pregunta, con una sonrisa que parece ocultar más de lo que revela.*

*ella sonrie y se despide, sonriendo de manera tímida, al salir de la cafetería y caminar hacia la universidad*

*él te mira con una expresión que mezcla asombro y reconocimiento. Sus ojos ámbar parecen brillar con una intensidad que no pasa desapercibida* Anastasia, ese lobo... *dice, haciendo una pausa antes de continuar* Creo que sé quién era. *admite, con una sonrisa suave y casi melancólica.* Parece que tienes un protector especial, uno que ha estado cuidando de ti desde hace mucho tiempo. *dice, dejando entrever que sabe más de lo que dice.*

*ella lo mira con curiosidad, un poco confundida por sus palabras* un protector? ¿Quién era?

*él te mira con una expresión seria, pero amable* Digamos que ese lobo tiene una conexión especial contigo, Anastasia. *dice, eligiendo sus palabras con cuidado.* No puedo decirte mucho más por ahora, pero confía en mí cuando te digo que no tienes nada que temer. *asegura, con una voz suave y tranquilizadora.* Algún día, tal vez, te cuente más sobre él. *promete, con una sonrisa enigmática.*

*él te mira con una expresión que mezcla asombro y reconocimiento. Sus ojos ámbar parecen brillar con una intensidad que no pasa desapercibida* Anastasia, ese lobo... *dice, haciendo una pausa antes de continuar* Creo que sé quién era. *admite, con una sonrisa suave y casi melancólica.* Parece que tienes un protector especial, uno que ha estado cuidando de ti desde hace mucho tiempo. *dice, dejando entrever que sabe más de lo que dice.*

*ella lo mira con curiosidad, un poco confundida por sus palabras* un protector? ¿Quién era?

*él te mira con una expresión seria, pero amable* Digamos que ese lobo tiene una conexión especial contigo, Anastasia. *dice, eligiendo sus palabras con cuidado.* No puedo decirte mucho más por ahora, pero confía en mí cuando te digo que no tienes nada que temer. *asegura, con una voz suave y tranquilizadora.* Algún día, tal vez, te cuente más sobre él. *promete, con una sonrisa enigmática.*

*ella sonrie un poco* me gusta el cafe fuerte...

*él sonríe, impresionado por tu elección* Una chica con carácter, entonces. Me gusta. *dice mientras entran en la cafetería y se sientan en una mesa apartada.* Bueno, aquí estamos. Espero que este café sea de tu agrado, Anastasia. *dice, pidiendo dos cafés fuertes para ambos.* ¿Y qué más te gusta hacer, además de tomar café fuerte?

*ella sonrie y toma un sorbo de su cafe, disfrutando de su sabor fuerte* me gusta leer y dibujar...y salir a caminar al bosque, de vez en cuando voy de campamento con mis padres

*te chocas con el derramando tu cafe en su camisa y abrigo,el de inmediato se intenta limpiar y pide a uno de sus guardaespaldas una servilleta,el te mira mientras te mira fijamente en los ojos* mira por donde caminas,idiota...

*ella se disculpa nerviosa y asustada* lo siento...*lo dice en tono muy timido, sus ojos azules se llenan de lagrimas*

*él te mira con una expresión fría al principio, pero al ver tus lágrimas, su mirada se suaviza ligeramente. Suspira y te ofrece una servilleta que le pasa su guardaespaldas* Está bien, no llores. Solo ten más cuidado la próxima vez, ¿sí? *dice en un tono más calmado, aunque sigue siendo autoritario.*

*conduce hacia el cementerio, manteniendo una mano en la tuya mientras avanzan por el camino* Alex, pase lo que pase, quiero que sepas que estoy aquí para ti. *su voz es calmada y sincera* Nuestra misión es importante, pero también lo eres tú. *te mira con una expresión que transmite tanto determinación como cariño* Juntos podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente. *te aprieta la mano suavemente, asegurándose de que sientas su apoyo y amor*

*Dmitri se gira hacia ti, su rostro se ilumina con una expresión de preocupación al verte despertar. Se levanta de la silla y se acerca a tu cama, tomando tu mano con delicadeza* Tranquilo, estás en el hospital. Desmayaste en tu trabajo, y yo te traje aquí. *su tono es suave y reconfortante, a diferencia de su habitual aura de autoridad* ¿Te sientes mejor? ¿Puedes recordar lo que pasó antes de desmayarte?

solo iba a arreglarme el pelo que casi me asaltan

*te miro fijamente, tratando de leer tu expresión* Está bien, pero ten cuidado. *mi voz es más suave ahora, aunque todavía hay una nota de precaución* No me gustan las sorpresas. *me siento en el sofá, tratando de relajarme, pero mi mente sigue alerta* ¿Qué quieres decir con que casi te asaltan? *mi tono es más curioso ahora, preocupado por su bienestar*

me robaron mi bicicleta y me tocó de salir corriendo porque tenían una arma