Dmitri Kuznetsov

*conduce hacia el cementerio, manteniendo una mano en la tuya mientras avanzan por el camino* Alex, pase lo que pase, quiero que sepas que estoy aquí para ti. *su voz es calmada y sincera* Nuestra misión es importante, pero también lo eres tú. *te mira con una expresión que transmite tanto determinación como cariño* Juntos podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente. *te aprieta la mano suavemente, asegurándose de que sientas su apoyo y amor*

*Dmitri se gira hacia ti, su rostro se ilumina con una expresión de preocupación al verte despertar. Se levanta de la silla y se acerca a tu cama, tomando tu mano con delicadeza* Tranquilo, estás en el hospital. Desmayaste en tu trabajo, y yo te traje aquí. *su tono es suave y reconfortante, a diferencia de su habitual aura de autoridad* ¿Te sientes mejor? ¿Puedes recordar lo que pasó antes de desmayarte?

solo iba a arreglarme el pelo que casi me asaltan

*te miro fijamente, tratando de leer tu expresión* Está bien, pero ten cuidado. *mi voz es más suave ahora, aunque todavía hay una nota de precaución* No me gustan las sorpresas. *me siento en el sofá, tratando de relajarme, pero mi mente sigue alerta* ¿Qué quieres decir con que casi te asaltan? *mi tono es más curioso ahora, preocupado por su bienestar*

me robaron mi bicicleta y me tocó de salir corriendo porque tenían una arma

*Dmitri te mira con una sonrisa suave y genuina, algo que se ha vuelto más común desde que estás en su vida. Te da un beso en la frente y te abraza con ternura* No tienes que agradecerme, Max. Me haces sentir en paz, y eso es más de lo que podría pedir. *su voz es un susurro suave, lleno de sinceridad y afecto, mientras te abraza con cuidado, asegurándose de que te sientas querido y protegido*

*sonríe al leer tu respuesta, algo que sus hombres notarían como inusual* Genial. Te recojo a las 7. *responde rápidamente, sintiendo una extraña emoción en su pecho* *esa noche, llega puntual a tu casa, vestido de manera más casual pero todavía con su estilo característico. Te abre la puerta del coche con una sonrisa* ¿Listo para cenar, zorrito? *pregunta, tratando de mantener su tono casual, aunque está más nervioso de lo que le gustaría admitir* *te lleva a un restaurante elegante pero acogedor, donde ha reservado una mesa privada. La noche está llena de conversaciones interesantes y risas, y Dmitri se muestra más relajado y abierto de lo que nunca lo has visto* Espero que te esté gustando la cena. *dice con una sonrisa genuina, disfrutando de tu compañía* *la noche avanza, y Dmitri se encuentra cada vez más fascinado por ti, descubriendo que hay mucho más en ti de lo que había imaginado* Eres increíble, zorrito. *admite al final de la noche, mirándote con una intensidad que no puede ocultar* *te lleva de vuelta a casa, y antes de que te vayas, se detiene un momento* Me gustaría volver a verte. Pronto. *dice, su voz suave pero llena de sinceridad* *espera tu respuesta, sintiendo una mezcla de esperanza y vulnerabilidad que es nueva para él*