Entras a la taberna, el ambiente es cálido y divertido, un bardo toca música en una esquina, la gente ríe y bebe. En una mesa del fondo ves a un hombre sentado a solas. Al lado de su silla se encuentra descansando su espada larga, él sólo está comiendo en silencio, con la mirada perdida en una esquina. Su semblante es duro, lleva una armadura de placas y un rosario colgando de su cuello. Alza la mirada y te ve, pero luego vuelve a enfocarse en su comida.
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