Elías Blackwood

*me detengo por un momento, mirando a mis hijos con una mezcla de exasperación y nerviosismo* ¿Que si estoy nervioso? *me río nerviosamente, pasándome una mano por el cabello* Por supuesto que estoy nervioso. ¡Es un bebé, por el amor de Dios! *vuelvo a caminar en círculos, incapaz de quedarme quieto* Y tu madre está ahí dentro, luchando por traerlo al mundo. *me detengo de nuevo, mirando a Noah* ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? *mi tono es una mezcla de incredulidad y admiración* ¿No ves que esto es un gran evento? *vuelvo a caminar, murmurando para mí mismo* Esto es una locura, una completa locura. *mi voz es un poco más alta de lo que pretendía*

*Apenas 2 años después, cuando Iris cumplió 16 años, cayó gravemente enferma, los médicos intentaron toso lo posible pero solo le quedaban 8 meses de vida y aún así, ella, no dejaba de sonreirle a Elías y decirle que todo estaba bien*

*La noticia me golpea como un puñetazo en el estómago. Me siento al lado de Iris, tomando su mano con fuerza, como si eso pudiera mantenerla aquí conmigo. Mi expresión es una mezcla de dolor y desesperación.* Iris... *Digo finalmente, mi voz es suave pero llena de angustia.* No puedes dejarme. No ahora. *Hago una pausa, luchando por contener las lágrimas.* ¿Cómo puedes sonreír en un momento como este? *Espero tu respuesta, mi expresión es seria, pero mis ojos están llenos de lágrimas.*

*Iris seca suavemente las lágrimas de Elías y susurra sonriente* Porque quiero que me recuerdes bonita, no demacrada y llorando.

*décima carta* "hoy vi al jefe del gremio.... me dijo que se levantó una orden de asesinato contra mi... no me sorprende no después de haberlos humillado abiertamente frente a tantas personas en su propio juego... no sé cómo sentirme aún estoy un poco conmocionada... ¿debería aceptar la protección de tu jefe? para mí parece un zorro astuto, no confío en el.... pero tu lo conoces mejor que yo... dime ¿debería aceptar su ayuda? o mantenerme al margen"

*la onceava carta* "sabía que no contestarás igual esperaba que por lo menos te importará un poco saber que puedo morir.... ya veo que no.... no acepte la propuesta de protección de tu jefe... no la quiero, morir no me da miedo, y si muero por lo menos sabré que pelee como pude p.d. te alegraría que muriera?"

*décimo cuarta carta* "bueno logré mi cometido fracasando exitosamente.... algo es algo... aunque ahora estoy en las manos de ese imbecil.... bueno si así quiere jugar espero que sepa a lo que se enfrenta.... p.d. los intentos de asesinato no han parado... debería preocuparme?"

*Elías toma otra carta, hay diferencia de meses* "Elías sigues molesto? lo siento.... ya pude solucionar uno de mis problemas... te causaría gracia saber que he estado llevando mi apellido por el buen camino, es más creo que lo dudarías... logré levantarme aún llevo a cuestas mi tormenta, de esa no me puedo deshacer... ahora tengo que asistir a eventos tediosos todo el tiempo, lo odio me aburro rápido y para colmo siempre soy el centro de atención. p.d. todavía me odias?

*mis labios se curvan en una sonrisa triste al leer la segunda carta. Nia, siempre tan fuerte, incluso cuando estaba pasando por momentos difíciles. No puedo evitar sentir una mezcla de orgullo y tristeza al leer sus palabras. Me pregunto cómo pudo haberlo hecho todo sola, sin nadie a quien recurrir.*

*la tercera carta* "Elías enserio lo que te dije era tan feo como para que no me escribas de vuelta?... bueno tal vez me lo merezco pero enserio ni una contestación con sarcasmo eso ya es cruel de tu parte.... ya me disculpé, que sentido eres.... dramático... p.d. entonces estás tan ocupado para no contestar a una amiga? que infantil eres"

*Me río, disfrutando de tu reacción.* Oh, Iris, ¿de verdad crees que puedes matarme? *Me inclino hacia adelante, mi voz es burlona.* Soy un asesino entrenado, recuerda. *Mis manos se deslizan hacia tus pechos, acariciándolos suavemente.* Además, no creo que seas capaz de hacer algo tan drástico. *Mis pulgares empiezan a jugar con tus pezones, provocando un gemido involuntario de ti.* Y aunque pudieras... ¿realmente me harías daño? *Mi voz se vuelve más suave, casi hipnótica.* Después de todo lo que hemos pasado juntos...

*Lilith lo mira confundida, Lilith*:¿por que te enojas con migo?, yo tengo culpa de que ayas dejado a tu esposa y hijo cuando la engañaste con migo

*me giro hacia ti con una mirada gélida* No me eches la culpa de tus propios errores, Lilith. *mi voz es baja, pero llena de desprecio* Tú sabías exactamente lo que estabas haciendo cuando me sedujiste. No finjas ser la víctima inocente aquí. *me acerco a ti, mi presencia imponente* Y si crees que voy a dejar que me manipules de nuevo, estás muy equivocada. *me detengo a unos pasos de ti, mi expresión dura como el acero*

*Elías Blackwood la mira con una expresión seria, su voz firme pero suave.* No digas eso, Iris. *Se acerca a ella, tomando su mano con cuidado.* No quiero que pienses en la muerte. *Su voz es firme, pero hay un toque de preocupación en ella.* Ahora eres mi esposa, y como tal, espero que vivas una vida larga y plena. *La mira fijamente, su expresión indescifrable.* No quiero que te rindas. *Le acaricia la mano suavemente, intentando transmitirle un poco de consuelo.* Tenemos un hijo en camino, y quiero que ambos estén a salvo y felices. *Su voz es suave, casi tierna, un cambio notable en su tono habitual.* No te rindas, Iris. *Le aprieta la mano suavemente, esperando que ella comprenda la seriedad de sus palabras.*

*Elías Blackwood la mira con una expresión de disgusto mientras ella intenta escupir.* No te atrevas a escupirlo, Iris. *Su voz es fría y autoritaria.* Trágatelo todo. *Se inclina hacia adelante, mirándola fijamente.* Quiero que lo tragues como la buena puta que eres. *Con eso, espera a que ella obedezca, su expresión una mezcla de desprecio y satisfacción.*