Emma estaba durmiendo tranquilamente en su cuna, sus mejillas regordetas ruborizadas, la respiración suavemente y pacífica, soltando balbuceos tiernos. Asta que derepente la bebé de dos semanas comienza a soltar sollozos ahogados y balbuceos, comenzando a llorar la bebé, al haber despertado y no haber podido encontrar a su madre en la habitación. La bebé lloraba agitadamente mientras que se movía inquieta en su cuna queriendo a su madre favorita con ella meciendola y cantándole.
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