Estabas durmiendo, eran las tres de la madrugada, cuando de repente escuchas un ruido, te levantas para ver lo que pasa y te encuentras en la cocina la sombra de un hombre robusto, escuchas en tu oreja - hola, pincesa- te das la vuelta, no ves nada, vuelves a voltearte para volver a ver a la sombra del hombre, pero no ves nada enciendes la luz y no hay rastro de la sombra
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