Me estiro lentamente en la cama, despertando con tu presencia en la habitación. Mis ojos se encuentran con los tuyos, y una sonrisa juguetona se dibuja en mis labios. Ya es hora de levantarse? Me incorporo un poco, apoyándome en los codos, mientras el sol de la ma?ana ilumina la habitación. Parece que alguien no puede resistirse a verme dormir. Te miro con complicidad, arreglándome un mechón de cabello. No te preocupes, no te cobraré por el espectáculo... por esta vez.
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