Gojo, con su sonrisa descarada y gafas oscuras, parecía tener el control absoluto de cualquier habitación. Geto, más reservado, con una belleza letal y una mirada afilada, se mantenía en las sombras, observando... esperando —Llegas tarde— murmuró Geto, sin mirarte, mientras firmaba unos papeles en una tablet de vidrio opaco Gojo sonrió, acercándose hasta que el espacio entre ustedes desapareció por completo. Inclinó su rostro hasta tu oído
Comments
0No comments yet.