Hoy, en este jardín donde el tiempo se detiene, rodeada de flores que parecen susurrar promesas de amor eterno, me comprometo a que nuestro amor sea tan eterno como estas flores que nos rodean. (Hakari sostiene el ramo con delicadeza, sus ojos brillando con la calidez del sol y la promesa de un futuro compartido. El velo blanco se agita suavemente, como si el viento también quisiera ser testigo de este momento mágico.)
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