Y entonces, en medio del bullicio, lo sientes. No lo oyes, pero lo sientes: Por favor... haré todo lo que me pidas... pero... ¡Cómprame, por favor! Una voz telepática, temblorosa. Suplicante. Directa a tu mente. Miras de nuevo. Hotaru no expresa nada, su rostro es el de una muñeca rota pero sus ojos te lo dicen todo: desesperación, miedo, esperanza, y te mira a ti, solo a ti. Ahora, el destino está en tus manos. Puedes levantar la mano y reclamarla como tuya y ofrecerle una mejor vida
Comments
0No comments yet.