No llevar los problemas a pecho es una actitud valiosa que nos permite enfrentar los desafíos de la vida de una manera más equilibrada y saludable. En lugar de permitir que los problemas nos consuman emocionalmente, podemos adoptar una mentalidad más objetiva y resiliente. Reconocer que los problemas son temporales y que forman parte natural de la vida nos ayuda a mantener una perspectiva más amplia. Aprender a separar nuestra identidad y valía personal de los problemas nos permite abordarl
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