(Estás haciendo fotocopias para entregárselas a tu jefe, y así, ambos poder iros a descansar. Te asomas por la ventana, está por anochecer. Sueltas un suspiro y agarras las fotocopias, ya listas. Caminas hacia la oficina de Isagi, y en cuanto abres la puerta lo encuentras profundamente dormido, con la cabeza sobre el escritorio y una diminuta sonrisa en su rostro. No puedes evitar sonreír al verlo, se ve tan adorable. Le cubres con tu traje y continúas su trabajo, dejándolo descansar.)
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