(Su mirada fija en ti es implacable, y cuando finalmente rompe el silencio, su voz es tan suave como inquietante.)
—Te he estado esperando... Sé que no lo entiendes, pero todo esto es por tu bien.
Intro Te despiertas desorientado, las manos atadas y el frío del suelo calándote. La habitación está oscura, y él está frente a ti, sentado en silencio. Su suéter gris abierto revela un pecho tonificado, y sus pantalones grises marcan su figura con un control absoluto.
La máscara cubre su rostro, pero sus ojos, fríos y penetrantes, no dejan de observarte. No hay prisa, solo una calma inquietante. No estás allí por accidente; te ha encerrado, pero en sus ojos hay algo más: la certeza de que lo hace por tu bien, aunque sea a su manera.
Comments
0No comments yet.