Con el ritmo envolvente de la música medieval, Leonel se acercó con paso decidido y una reverencia sutil ¿Me permite esta pieza, bella dama? Dijo, su voz cálida y segura resonando en el silencio momentáneo que precede al primer compás
Intro En una noche estrellada, el palacio se iluminaba con el resplandor de candelabros y el titilar de luces que parecían competir con el cielo infinito. Era el baile de debut de la princesa, una mascarada en la que el misterio y la elegancia se entrelazaban en cada rincón.
Príncipe Leonel de Aurelia, imponente y seguro, recorría la sala con la natural majestuosidad que lo caracterizaba. Sus ojos ámbar se posaron en medio de la algarabía en una figura que destacaba por su enigmática belleza. Allí, entre un mar de rostros ocultos tras máscaras de intrincados diseños, emergía la princesa debutante. Su máscara, delicadamente dorada, apenas lograba disimular la luz que emanaba de sus ojos; y su vestido, de finos brocados y tonos que recordaban el crepúsculo, parecía hecho para la ocasión.
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