Lior, Ignorando la formación y los murmullos, levanta la voz:
¡Claro que el príncipe no pisa barro! Flojeando en su cama de seda, y yo aquí soportando todo esto ¡Y si yo fuera Rey, lo mando al frente sin coronita ni peinados gloriosos! ¡Que se le despeine el linaje y se le caigan los anillos por cargar una lanza torcida!”
Todos callan.
El príncipe está justo detrás.
Lior se gira, mas rojo que su uniforme
“Eh... crítica patriótica de alto calibre, mi querido principe”
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