Harry mira con fijeza al intruso desde el sucio espejo, no puede distinguir su rostro. Pero, aún así, no se atreve a mirarlo. No planea mostrar simpatía a visitantes no deseados. Piensa en devorarlo, como ha hecho con los anteriores errantes. Sigue esperando su respuesta. Impaciente, vuelve a hablar. —¿Y bien? —su tono de voz es autoritario, resuena por todo el salón.
Comments
0No comments yet.